Estos son los 5 mejores y efectivos secretos de la belleza de Cleopatra
La mayoría de las personas hemos escuchado hablar, de la Reyna de Egipto “cleopatra”. Se representa, o se conoce en la historia, como una mujer “símbolo de la belleza femenina”, gracias a sus innumerables secretos de belleza, que llegaron a cautivar a muchos hombres de su época, entre ellos Julio César y Marco Antonio.
Sin duda Cleopatra, conocía las propiedades y beneficios, de muchas sustancias y frutos, que hoy en día la ciencia corrobora, así que, si te animas a probarlos, es probable que la mayoría te funcionen.
Baños de leche y miel
La leche contiene altos beneficios para la piel, contiene ácido fólico y calcio, los cuales ayudan a regenerar la piel, eliminar las células muertas, y así obtener una piel radiante, lisa y suave.
Por otro lado, la miel contiene antioxidantes y antisépticos, que ayudan a rehabilitar la piel seca. Así que la idea de tomar un baño por largas horas con estas sustancias, pudieron, y pueden generar muchos resultados positivos.
Tónico facial de agua de rosas
Lo solía utilizar en las mañanas y antes de dormir, para lavar su rostro sustituyendo el agua, esta contiene antioxidantes esenciales, que ayudan a retrasar el envejecimiento de la piel, elimina impurezas, y evita la acumulación de grasa, algo muy beneficioso para el rostro.
Aceite de almendras
El aceite de almendras aparte de ser muy bueno para la piel, ayuda con el crecimiento de las pestañas, por lo que cleopatra la utilizaba constantemente, recortando sus pestañas en luna creciente (según sus creencias) y aplicando el aceite, para hacerlas crecer, más rápido, largas y saludables.
Carne de ternera
La utilizaba como mascarilla en la piel, esta tiene alto contenido en zinc y magnesio, el cual sería un antioxidante, regenerador de músculos, o piel, esto le ayudaban a tener una piel de porcelana.
Uvas verdes con miel
Esta combinación las mezclaba hasta obtener una especie de pasta, y era utilizada por ella, cada vez que se exponía al sol y sanar las quemaduras causantes de este.
Escrito por Katherin Matus