El arte urbano, una ofrenda para el mundo moderno
En Rabat, capital de Marruecos se encuentran obras gigantescas que embellecen los espacios de las avenidas.
Cada año se reúnen en Rabat varios jóvenes artistas nacionales y foráneos para decorar los edificios de la ciudad.
Desde hace tiempo, en Rabat, el “Arte Urbano o Street Art” dejó de ser ilegal y mal visto para convertirse en joyas pictóricas de la gran urbe milenaria.
Para muchos, es imposible evadir esas obras, prodigios del arte moderno que cuentan una historia adueñándose de los pensamientos.
Este es un mundo de maravillas y colores, una explosión de arte urbano, murales imponentes con lienzos de mampostería.
Se observan robots enormes, un anciano abrazando al planeta Tierra, un hombre y un niño interconectados cerebro mediante, un rostro de mil colores, la muerte y el más allá, la batalla de un tigre y un humano.
En realidad, en el momento que decidieron legalizar el movimiento urbano se creó un festival anual (organizado como parte del programa Rabat City Light) para atraer a los grandes exponentes de la pintura callejera, dejándoles tiempo y lugares para esparciese en sus creaciones.
El grafiti, al menos en Rabat, dejó de ser un tácito movimiento protesta para transformarse en bellezas y vectores bien concebidos, una metamorfosis radical dirigida a modificar algunos cánones de la cultura posmoderna y a darle un nuevo look’ a esa Rabat repleta de monumentos históricos y enormes e interminables murallas.