Rubén Darío, un genio que supo apropiarse de la cultura universal
Se cumplen 153 años del Natalicio del “Príncipe de las Letras Castellanas”,
Rubén Darío nació el 18 de enero de 1867 en la humilde aldea de Metapa (palabra náhuatl que significa “lugar de piedras de moler”), antes llamada Chocoyos, y actualmente Ciudad Darío, en el departamento de Matagalpa.
Su madre se llamaba Rosa Sarmiento y su padre José Manuel García. Su padre de crianza fue el Coronel Félix Ramírez Madregil, casado con Bernarda Sarmiento Mayorga, quienes habían criado también a su madre desde pequeña.
Su nombre real
Su nombre real era Féliz Rubén García Sarmiento, pero como el mismo poeta contó en su Autobiografía, tomó el apellido de Darío porque, su familia paterna era conocida como los Daríos, y por ello adopta apellidarse Darío.
La infancia y adolescencia de Darío
La infancia y la adolescencia las transcurre en León.
Los primeros libros que leyó
Precoz versificador infantil, el mismo Rubén no recordaba cuándo empezó a componer poemas, pero sí que ya sabía leer a los tres, y que a los seis empezó a devorar los clásicos que halló en la casa; a los trece ya era conocido como poeta, y a los catorce concluyó su primera obra.
De formación humanística, fue un lector y escritor precoz.
Entre los primeros libros que leyó, mencionamos:
Quijote, Las obras de Moratín, Las Mil y Una Noche, La Biblia; Los Oficios, de Cicerón; la Corina, de Madame de Stael.
Los críticos le conceden mucha importancia a este hecho, por cuanto es evidente que el contenido de cada uno, y en especial, La Biblia, el Quijote, y el de Las Mil y Una Noche, le ayudaron a fortalecer su sentido poético a avivar su imaginación y a profundizar en los secretos del lenguaje.
En León vivirá hasta los 15 años, luego viajará a El Salvador. Ahí estará algunos años, regresando a Nicaragua en 1883.
Era Independiente, progresista y antiimperialista, defendió la libertad, la justicia y la democracia.
Máximo representante del Modernismo Literario
En 1888 publica en Valparaíso el poemario «Azul», considerada como el punto de partida del Modernismo.
Amores y pasiones de Darío
Hortensia Buislay.
Rafaela Contreras Cañas (con la cual contrajo matrimonio el 21 de junio de 1890; Su esposa fallecería 3 años después).
Rosario Emelina Murillo (con la cual se casó el 8 de marzo de 1893).
Francisca Sánchez (mujer de origen humilde, conocida en Madrid, en la que encontró refugio y dulzura. Ella se convertiría en la compañera de sus últimos años).
Darío renovador del lenguaje poético en las letras hispánicas
Trajo al castellano, que estaba en tiempos de decadencia, el influjo revitalizador americano, abriéndolo a un léxico rico y extraño, a una nueva flexibilidad y musicalidad en el verso y la prosa, e introdujo temas y motivos universales, exóticos y autóctonos, que excitaban la imaginación y la facultad de analogías. Y acabó siendo, en definitiva, uno de los grandes renovadores del lenguaje poético en las letras hispánicas.
Sus obras destacadas
La vasta obra de Rubén Darío se organiza cronológicamente de la siguiente manera: POEMAS DE ADOLESCENCIA (1878-1881); POEMAS DE JUVENTUD (1881-1885); EL SALMO DE LA PLUMA (1883-1889); EPISTOLAS Y POEMAS (1889); RIMAS Y ABROJOS (1887); CANTO EPICO Y OTROS CANTOS (1887); AZUL (Valparaíso, 1888, y Guatemala, 1890); PROSAS PROFANAS Y OTROS POEMAS (Buenos Aires, 1894, y París, 1901); ESPAÑA CONTEMPORANEA (1901); CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA (1905); EL CANTO ERRANTE (1907); POEMAS DEL OTOÑO Y OTROS POEMAS (1910); BALADAS Y CANCIONES (1896-1910); LIRA POSTUMA (1921).